Pensando en la analogía de la regadera, un contenedor diseñado para esparcir material en un área no específica… Una regadera, objeto que permite el acto de regar, en muchos casos, agua.
Se podría pensar en regar como un verbo que sugiere desorganización, falta de planificación o consideración al ambiente.
Sin embargo, creo que el acto de “regar” algo, de ensuciarlo, puede tener una consecuencia totalmente viable se cuantificar.
Tomando por ejemplo, el azar como método para estabecer o identificar sistemas, el educated guess que se aplica a materias como derecho, matemática, entre otros, ese sentido de intuición que te dirige a un objetivo que posiblemente no te habías pautado inicialmente puede ser un indicio de explorar lo regado como método. No estoy reinventando la rueda aquí, que conste.
Me interesa reflexionar sobre las relaciones entre las relaciones, el metacomentario, la metareflexión. Lo menos que quiero es sonar pretenciosa. Quisiera ver debajo de la dermis de la conversación binaria que usualmente se da cuando se analiza un proceso en contexto. ¿Por qué me enfoco en estar “regada” para llegar a un punto en el que las respuestas sean las preguntas? Porque creo que llegar a este nivel de análisis, profundo pero casual, puede ser beneficioso en mi práctica, y quizás en la de otros.