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Anécdotas En la práctica Reflexiones

¿La profesional?

OK, lo acepto. Soy una novata para muchas cosas. No sé usar un documento de Excel propiamente. No tengo idea de lo que significan muchos acrónimos en el mundo de la publicidad, el cual estoy estrenando recientemente. Es la primera vez que tengo la responsabilidad de manejar el tiempo de otras personas. El rol que he asumido hace un par de meses es uno de inmensos retos. Tengo la confianza de poder demostrar en esta nueva posición, la pasión y el empeño que siempre he intentado implementar en mi corta carrera profesional.

Es obvio decir que los comienzos siempre son difíciles. En mi caso, estoy llevando muchos comienzos simultáneamente, tratando de barajar todas las fichas lo mejor que puedo. No está de más estar consciente de que los errores son mi pan de cada día, y de que fracasar es una posibilidad. No sería la primera vez que me sucede. Creo que puedo comparar esta fase de mi carrera con mi proyecto de Seminario para completar el Bachillerato, en el que por poco me cuelgan. Todavía no sé si fue por pena, pala o suerte que no lo hicieron. Pero en realidad, no hubo un sólo momento de aquél año académico en que mi esfuerzo haya mermado. Hice todo lo que pude para que el proyecto se diera. Y lo logré terminar. Para la Exhibición de Graduados, la pieza estuvo ahí, el público la vio, pocos la criticaron constructivamente (y honestamente). Mi mayor crítica, como siempre, fui yo. Una semana después, destruí la pieza y dejé todo el material en el área del Patio de Escultura para que otros estudiantes pudieran usar toda esa madera.

¿Madera? Sí, madera. Mi proyecto consistió en construir tres cuartos que se iban haciendo más pequeños. El propósito del proyecto era transmitir la incomodidad que experimenta una persona obesa socialmente. Fue un proyecto totalmente colaborativo, en el que tuve la ayuda de arquitectos, escultores, diseñadores de modas, constructores, profesores, compañeros de clase, familiares, amigos, y conocidos. Debo confesar que si hay alguien que no es handy en éste planeta, soy yo. Y es que a mí me toma un tiempo internalizar las cosas. Cuando me di cuenta en lo que me había metido, ya estaba a mitad de camino. Como estoy acostumbrada a ser una over-achiever, no podía abandonar el proyecto. Como la famosa frase de Apollo 13, fracasar no era una opción.

Unos años después de picar madera, estoy más segura de que fracasar es, solamente, una manera maravillosa de aprender. Es la única manera que te va a permitir estar aquí y en el ahora. Hoy estoy dispuesta a permitirme fracasar y cometer todos los errores posibles. Nada de eso me quita lo bailao’. Y al que no le guste, que bregue con eso.

En la práctica Reflexiones

Los sueños

Hace unas semanas, salí con una amiga a la que no veía hace mucho tiempo. En tempranas horas de la madrugada, nuestra conversación giró en torno a los sueños de carrera. Ella me dijo que a una edad, se deja de soñar; lo había discutido con su mejor amigo. Me comentó algo muy interesante sobre su carrera versus lo que ella hace, lo que produce. Me dijo que su trabajo es su trabajo, y no tiene nada que ver con sus proyectos, en los cuales es excelente y visible en el campo en el cual se desempeña.

Me quedé pensando en esto porque yo no puedo desligar mi carrera de lo que hago. Es por esto que nunca quisiera dejar de tener ese tipo de sueños, aunque sea más joven. De igual forma, también conozco a personas mayores que yo, de la edad de mis padres, que no han dejado de soñar sobre los proyectos que quieren hacer, lo que quieren lograr, los próximos pasos, por más adversidad que hayan experimentado. También conozco a otros que no tienen idea de lo que harían si perdieran su trabajo actual, pues su trabajo es su vida, y nunca pensaron en un segundo plan. Es aquí que me pregunto si la frase ‘vivir para trabajar’ adquiere otro significado cuando uno logra vivir de aquello que le apasiona.

No le resto ningún mérito a los que tienen sus trabajos, en los cuales son diestros y súper eficientes, y tienen su pasión, desligada (y no tan desligada) de éstos. Pero aquellos que trabajan y de pronto no recuerdan la última vez que se delinearon un plan a corto o largo plazo sobre algo que les apasionaba, y lo trataron de llevar a cabo, me asustan. Yo no quiero verme desligada de los sueños de esos que me dan la energía suficiente para levantarme todas las mañanas para ir al trabajo. Esos sueños son los que me obligan a usar las ‘dos manos’, a tener los proyectos ‘por el lado’, que realmente son oportunidades para llegar a hacer de esos sueños, realidades. Hacer un merge de ambas es mi meta.

Investigaciones corrientes Reflexiones

Proyectos en proceso

Como la naturaleza de mi práctica se basa en crear, hay veces que algunos proyectos se quedan en fases previas al producto final, a la “cosa”, a la exposición de las aplicaciones trabajadas. He estado pensando mucho sobre varios proyectos sin terminar porque me parece que tienen posibilidades de transformarse en estudios válidos sobre los temas que me interesan.

Hace mucho tiempo que no he completado un proyecto personal en cuanto a la práctica. El último proyecto que desarrollé en ciertas fases fue Pretzel Alphabet. Todavía no considero que esté completado. Le faltan varias fases.

Recuerdo que para la primera presentación de Seminario, en el Bahillerato, presenté alrededor de diez ideas de posibles proyectos. Siempre he pensado que no estaría de más volver a ellas y ejecutarlas. En la maestría me pasó igual.

A veces el proceso de estos proyectos que se quedan “sin terminar” son más relevantes que completar el mismo… Creo que es una ventaja y un alivio encontrar foros en donde se aprecia el proceso tanto como se aprecia el producto final, o incluso más.