Una vez, hace varios años, me enseñaron varias piezas impresas; un libro, un panfleto, ambos proyectos muy hermosos. La diseñadora de ambas piezas me lo mostró y me comentó de cómo el producto final no mostraba las cicatrices, siendo estas las dificultades del proceso de producir el proyecto en sí.
Esa frase se quedó impregnada en alguna neurona que no maté. Luego de ese momento, aprendí a identificar las cicatrices en todos los proyectos que he trabajado hasta ahora. Hoy por hoy, tengo que admitir que son más los proyectos que entran en mi pipeline sin pena ni gloria, que los que sentí cuando recién comenzaba la “carrera profesional”. Hago énfasis en esa frase por las implicaciones de la misma; la etimología de la palabra carrera se deriva del latín *carraira, (luego ajustada a carraria) de carrus, carro, según el Dicccionario de la Real Academia Española. Entre las múltiples definiciones de esta palabra, me interesaron las siguientes:
- “Acción de correr las personas o los animales cierto espacio” – Esto me pareció muy acertado en el sentido de que los comienzos no son enteramente queridos, planificados, anhelados, precisos. Aunque el tiempo pasa y el día se hace noche y la noche se vuelve día de nuevo, no necesariamente tenemos que tomar acción hacia algo en particular. Lo que implica que eso que nos hace movernos, correr, debe ser lo suficientemente importante para motivarnos.
- “Pugna de velocidad entre personas que corren, guían vehículos o montan animales.” – La competencia, la selección natural, Darwinismo en esencia. Con la programación precisa, tenemos bastante engranado en la cabeza que es importante ser la mejor persona que podemos ser. En el plano de una carrera, la meta es ser el mejor de los jugadores y/o participantes, así que el concepto del ganador y perdedor es uno que puede llegar a calar en la psiquis y en la salud emocional de una persona, o un grupo de personas. Me puedo identificar mucho con esta realidad en la industria en la que trabajo actualmente, que tiene como uno de sus enfoques principales el ganar premios.
- “Línea de llegada de una carrera.” – Me pregunto si aquí se refiere a llegar a un punto óptimo, el “mejor momento” de la carrera de uno… Lo que me es curioso de este enunciado es que parece un pensamiento cíclico; ¿es la carrera la línea de llegada de la carrera en sí? ¿O es quizás la línea de llegada te lleva a otro nivel, a otro milestone en la gran carrera? Quizás esta frase sea más relevante a un lap que a una carrera completa, pero de todas maneras, me interesó ver su relación con la palabra.
- “Conjunto de estudios que habilitan para el ejercicio de una profesión.” – Esta es la carrera universitaria, la preparación (en un plano ideal) para poder integrarse a la industria, la academia, el gobierno, crear una empresa, cualquier manera de llegar a ejercer un oficio, de ser rentables, de mostrar un valor (y este es usualmente -por no decir siempre- en cifras numéricas).
- “Sitio destinado para correr.” – El escenario, the arena, el circuito, el nicho, la oficina, #laoficinadehoy, tu casa, el carro, el celular, la computadora, Snapchat, Facebook, Whatsapp, Skype, la tableta, una servilleta, la pared, la pizarra…
- “Curso de los astros.” – Esta frase es como una verdad (no tan) oculta. Por lo que he podido experimentar en mi carrera, han habido momentos en los que cosas inexplicables suceden, pero al parecer debían ser así. Aunque soy de las que piensa que hay veces que hay un cuchillo, con dos rutas, y hay que escoger por dónde ir. Pero una vez la decisión esté tomada, concuerdo con que hay elementos fuera de nuestro control que definen más aún esa ruta seleccionada. Al vivir la vida en sus términos, sé que no tengo mucho control sobre nada más que yo misma. Las cicatrices son el mapa al curso de los astros, muestran el tramo recorrido, lo que nadie te puede quitar; las experiencias vividas. El día a día, cada minuto, cada segundo.
- “Calle que fue antes camino” – Una de mis definiciones favoritas. Aquí muestra el antes y el después, el crecimiento profesional, cómo al revisar o revisitar tus logros previos es como sentir todas esas cicatrices de nuevo. Duelen menos, claro está, pero nunca se van.
- “Camino o curso que se sigue en las acciones.” – Aquí es donde pesan las decisiones que uno hace a lo largo de la carrera. Las batallas que uno decide pelear, qué vas (o no vas) a comprometer de acuerdo a tus valores, tu autorespeto y/o para lograr un objetivo. Claro está, aquí hay envuelto un juicio de la carrera en sí “¿Estoy llevando el tipo de carrera que quiero?” “¿Tengo la consciencia tranquila con mis decisiones?” “¿Qué estoy dispuesta (o no dispuesta) a sacrificar para mantenerme en este camino?”. Este camino no es estático, no es fijo. Es totalmente maleable a la vida tal y como es.
- “Curso o duración de la vida humana.” – Estoy un poco encontrada con esta definición. He sido testigo de muchos casos en los cuales la persona fallece y su carrera toma vida. Sin embargo, me parece un pensamiento que a su vez está muy anclado a la realidad de la carrera, y la vida misma; ambas corren su curso, y tienen una duración fija. No son infinitas.
Para recapitular, entiendo que las cicatrices las debemos dejar ver más. Creo firmemente que la verdadera lección nace desde un dolor grandísimo. Son las únicas que realmente recordamos luego de lanzar, de terminar el proyecto. Claro está, hay algunos proyectos de mayor duración, como la vida misma. Nada se puede realmente desligar, y todo nos sirve para seguir creciendo, seguir aprendiendo.