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Anécdotas El aquí y ahora Reflexiones

Como se diseñó y como se usa

comosediseno_img El multi pisos de mi condominio tiene un diseño modernista. Su concepto fue desarrollado por Kenny & Co. de Nueva York y diseñado por la firma de arquitectos Edward Larabee Barnes junto a la firma de ingenieros arquitectos Reed, Basora, Méndez -luego Reed, Torres, Beauchamp y Marvel ¹. La estructura es en forma de espiral, con bajadas en el centro. El único defecto (y es debatible) es el techo bajo, que a su vez hace un efecto particular en el cuerpo, tanto al conducir el auto como al caminar en la estructura. La vía es en una sola dirección, lo que implica que si te estacionas en el tercer piso, tienes que recorrer los extremos para poder llegar a tu destino. Aunque tengas una rampa por la que pudieras subir y “cortar” para llegar más directamente a tu espacio, no se supone que sea así porque el conductor tiene el derecho de conducir en el medio de la vía. Independientemente de que “quepan” dos autos por la extensión de la rampa—lo que tiene sentido para un estacionamiento—la estructura no fue diseñada de esa manera.

Sin embargo, tengo que admitir (con un poco de vergüenza) que he usado el estacionamiento de manera incorrecta. Lo curioso del asunto es que no ha sido a propósito, y que no tenía conocimiento de estar haciéndolo de esa manera hasta que un domingo por la mañana estoy subiendo la rampa entre el segundo y el tercer piso, y un vecino me toca bocina y se para en seco. Me regaña, pero me explica que yo no estaba siguiendo las instrucciones porque simplemente el multi pisos no se había diseñado así.

Creo que me tomó alrededor de dos segundos identificar cómo mi emoción se transformó de estar molesta por la actitud de mi vecino al dirigirme la palabra de esa manera, a alegrarme de ver que la utilidad y la usabilidad ² de la estructura fue validada. Esto se me hizo muy raro porque estoy acostumbrada a ver cómo los objetos se prestan para usos que desafiaron su propósito original. Como diseñadora, es algo a lo que le presto mucha atención diariamente.

Y es que en realidad no hay nada de malo en desafiar el diseño original de un objeto, una estructura o una estrategia. Muchas veces es ese “reguero” (como mi director de maestría describía el programa que estudié) el que desemboca en conversaciones que promueven nuevo conocimiento, y fomentan acción sobre ello.

Ahora puedo decir que el 95% de las veces estoy consciente de usar el multi pisos de la manera en que fue diseñado. Hay otras veces que el hábito de hacer lo contrario por tanto tiempo me lleva a ir al revés, lo que me ahorra un poco de tiempo pero a la vez me expone a tener un accidente. Sin embargo, en el tiempo que llevo viviendo aquí, no he tenido ninguno, y no soy la única que sube en vez de seguir hacia la izquierda. Si hay múltiples maneras de usar algo, no le resta valor, al contrario, te da más información sobre el contexto en el que habita. Te cuenta la historia de los que la rodean.

Fotos

Rótulos con vasos plásticos

via Instagram http://instagr.am/p/NAYWp8CJes/
Anécdotas En la práctica Reflexiones

Todos debemos tener un mentor

En mi trabajo actual, tuve la oportunidad de supervisar a una muchacha que hizo internado en diseño con la unidad en la que trabajaba. Estuvo seis meses trabajando con nosotros. Yo no la conocía antes de esto, pero uno de mis profesores en el bachillerato me la había recomendado, ya que está a punto de graduarse de la Escuela de Artes Plásticas. Cuando mi jefa y yo la entrevistamos, sabíamos que iba a ser un buen asset al equipo, y que iba a aprender mucho. Al principio, se me hizo difícil (en parte porque no estaba tan claro que la supervisión la haría yo tan directamente, y en otra parte por mi inexperiencia manejando otra gente) identificar la mejor manera de enseñarle y de hacerla ver sus errores en una forma constructiva, pero rápidamente me acordé de mi propia experiencia con varias personas que han sido mis mentores a lo largo de mi carrera académica y profesional. Es entonces cuando pude adoptar técnicas que aplicaron conmigo y aplicarlas hacia ella, lo que resultó, en mi opinión, en una experiencia muy enriquecedora para todas las partes.

Tuve la oportunidad de compartir con ella ayer, ya que está trabajando como diseñadora freelance en un proyecto, y necesitaba feedback del equipo de diseño sobre lo que había presentado. Pude observar claramente su crecimiento como diseñadora, pero también pude ver todo lo que le falta por aprender. Nos estuvo contando a mi jefe y a mí sobre situaciones por las que está pasando siendo novata en el mundo de ser freelance en Puerto Rico. Él y yo le dimos varios consejos sobre lo que debía hacer, pero la verdad es que lo que quería hacer en el momento era poder irme a almorzar con ella y aconsejarla más, ayudarla a trazar varias estrategias, saber cuál eran sus planes a corto y largo plazo, y también compartir, pues no todo puede ser seriedad. Hay que reírse de vez en cuando.

Luego, ya entrada la tarde, nos envía a mí y al equipo con el que está trabajando, unas visualizaciones para un dummy. Le hice unas observaciones y un compañero jocosamente me comentó que mi correo había sido bien maternal. Ahí es que me doy cuenta que ya yo no soy la novata, y que ya he asumido (sin internalizarlo) un rol de mentora que nadie me pidió asumir, porque eso no es algo que se pide o se planifique, eso se da.

Y es ahí también cuando me voy en un flashback al segundo semestre de mi primer año de universidad, en el que mi mentora me aconsejaba sobre la decisión de haber estudiado arte en vez de literatura comparada. También recuerdo cuando comenzaba a escribir mi tesina en el bachillerato, presentando los primeros intentos de un tema a mi otra mentora, la cual prácticamente me “lo viró” todo y me hizo citar y hacer las oraciones más concisas. A ellas y a tantos otros, ellos saben quiénes son, les quiero agradecer por haber podido tener una guía en momentos claves. Sin ellos, quizás me hubiese perdido. Y estar perdido es algo que he visto en muchas caras, unas más cercanas que otras. Es una gran lástima ver talento despilfarrado, tiempo perdido y aportaciones que nunca se materializarán por falta de mentoría. Este no es el único factor que determina estas tendencias, pero en mi opinión, es un factor más importante de lo que creemos. El maestro y al aprendiz ha sido la manera de pasar información en todos los momentos históricos posibles, para bien o para mal. La salvación no es individual. Necesitamos de otros tanto como otros nos necesitan a nosotros. Seamos generosos con nuestro conocimiento sin hacer dirigismo cultural o tratando de controlar a la otra persona. Seamos lo que nuestros mentores querían de nosotros; su competencia, sus pares, lleguemos a su nivel. Es, posiblemente, la mejor manera de agradecerles el tiempo y la fe que tuvieron en nosotros.

En la práctica Reflexiones

Del micro al macro

Sí, lo admito. Creo que he abusado de las dos palabras que componen el título de este post. Hay algo de su condición binaria y fonética que es muy atractiva, además del hecho de que logran decir mucho con poco. Y es que siento que en el tiempo que llevo estudiando y trabajando en el campo de diseño, cada vez me tienen más sentido. No es porque de pronto comprenda mejor lo que significan, sino porque me parece que estos elementos compositivos tienen el poder de validar y aclarar muchos problemas, argumentos y discusiones.

A sabiendas que micro significa pequeño, y macro significa grande, cuando uno piensa en diseño, es inevitable preguntarse cuál va a ser la escala del proyecto que vas a trabajar, por dar un ejemplo concreto. Esto te da una idea de las metodologías a utilizar, los procesos a aplicar, los resultados que puedes obtener, las aplicaciones que podrían funcionar para el mismo. Digamos que hablar del micro y/o del macro es de los aspectos más importantes de cualquier proyecto de diseño. Aquí también entra el diseño visto como el macro y sus especialidades (diseño gráfico, industrial, de modas, entre otros) vistas como micro de ese macro. Pensando en esa manera de relacionar el micro y el macro al diseño, me pregunto si es posible de esa manera clarificar nociones sobre el rol y las capacidades del diseñador en cualquier ámbito.

Como en muchos escenarios (que van desde países a empresas y grupos sociales) no se tiene claro, no es tan visible que un diseñador —sea cuál sea su disciplina de especialización— piensa de una manera específica (Archer, 1995) en la que puede brindar servicios y traer a la mesa soluciones dentro del plano de la innovación, no se incopora a procesos más macro dentro del alcance de un proyecto. En muchos casos, se incorpora en fases en las que no puede hacer bien su labor. El típico ejemplo, especialmente con los diseñadores gráficos, es recurrir a ellos para el plano meramente estético. Y no es que esto haya estado siempre mal, es que la misma práctica se ha transformado. El momento histórico requiere una reevaluación del rol del diseñador como un ente más macro para que pueda realmente diseñar y dejar de adornar. Un ejemplo concreto de una metodología de diseño aplicada a estrategia de negocio es Design Thinking de Tim Brown (2008). Me parece que muchos proyectos podrían beneficiarse de esta metodología y servir a su vez como un ente educador para sacar la noción del diseño del micro al macro.

En la práctica Reflexiones

Diseñadora slash lo que sea

Yo estoy un tanto convencida de que las biografías de la gente tienen menos funciones de las que se auto atribuyen. Sería curioso ver las de algunos de mis colegas. Algunas dirían: “diseñador, copywriter, reparador de computadoras, fotógrafo, videógrafo, editor, productor, publicista, analista de negocio, project manager, QA, programador, psicólogo, contable, vendedor, administrador” entre otras. Los slash son incontables. Esto no me parece que está mal, creo que lo único que me incomoda es la noción inexistente de otros sobre todos estos roles asumidos por necesidad, y a veces por gusto. Al fin y al cabo, estamos regresando a lo integral, alejándonos de la exclusividad de la especialización. Esto no basta. Si sólo sabes hacer una cosa, literalmente “te chupa la bruja”.

Hace poco conversé con alguien que leyó mi blog y le pareció interesante el hecho de que escribía y no era copywriter. Me comentó también que había conocido a una copywriter que dibujaba. Esto a mí no me sorprende en lo absoluto. Siempre he tenido un interés por escribir, al nivel de que mi decisión de estudiar diseño sólo era opacada por mi deseo de estudiar literatura. No creo que una excluya a la otra, y creo que las instituciones educativas deben fomentar más la pluralidad en sus grados académicos, ya que en un momento histórico tan precario, es mejor tener las herramientas para moverse de un lado a otro.

Antes era suficiente tener el entusiasmo de aprender cosas nuevas, ahora tienes que buscar la manera de aprenderlas por tu cuenta para que te consideren, si es que tu campo se basa en producir. Así es como es visto el diseño localmente, más no es lo único que podemos hacer.

¿Cómo podemos lograr transformar estas nociones? ¿Cómo podemos salir mejor preparados al ámbito laboral? ¿Cómo podemos llegar a ser diseñadores slash lo que sea y ser renumerados adecuadamente por ello? ¿Cómo podemos eliminar el gap tecnológico para mantener el trabajo?

Cabe mencionar que este fenómeno no se limita a el campo del diseño; la necesidad de reinventarnos es global en su totalidad. Hay que hacer las cosas de otra manera. Las estructuras están desmanteladas, ya no son infalibles. En realidad, nada lo es. La incertidumbre se siente a diario. Y es por esto que mientras más slash me pueda atribuir, mejor. Procurando evitar la mediocridad en todos, claro está.

Investigaciones corrientes Métodos y procesos Reflexiones

Aislamiento

Ostrich (pocket pillow for nap, 2011) del estudio Kawamura-Ganjavian.

Yo necesitaba uno de estos hoy. Se me hacía casi imposible concentrarme, entre el Illustrator, el Photoshop, los diez drafts, la minuta, el checklist para la entrega de mañana, el chat de Gmail, Pandora, los veinte tabs de referencias para el website que estoy rediseñando, y el habla y habla, corre y corre, te miro y no te miro, te ignoro mientras miro mis monitores, de todos los días.

De pronto extraño el tiempo en que trabajaba por mi cuenta, en pijamas, acostada en mi cama. Sin embargo, recuerdo haber tenido días, en esos días, de querer vestirme, hacer el aguaje de peinarme, y ver gente. Estos días eran muy pocos, pero existían.

Sin embargo, hoy me alegro de haber soportado el día, porque al final del mismo, tuve una sesión muy productiva de retroalimentación de mis compañeros de trabajo. Yo creo que son bienvenidas y bienaventuradas todas las oportunidades en las que uno tiene la oportunidad de que otros ojos miren lo que tu mirada ya tiene bastante saturada. Nunca he sido de las que recibe crítica con desdén, si no es micromanagement, claro está.

No niego que el aislamiento, las burbujas, y las avestruces sean necesarias también. Si el diseño es un proceso de crear pensamiento para resolver problemas (Cross 1982), hay que tener los problemas bastante presentes. Es la única manera de comprenderlos. Para comprender a un nivel más allá de la simpatía, hay que sentir los mismos como si fueran propios (Köppen y Meinel 2012). Esta es una manera bastante simplista de describir el diseño empático, pero quería enunciarlo para no olvidarlo, como una nota, o un bookmark de esos miles que uno guarda para “ver luego”.

Aunque la tengo siempre presente, no había pensado seriamente en la empatía desde hace un par de años, cuando escribí una tesis sobre ella. Creo que volveré a ella, ahora que he encontrado fuentes más concretas sobre su relación con el diseño. Es curioso como cuando investigas sobre algo, parece que todo lo que lees tiene que ver. Esto no es totalmente cierto, pero en este caso, me parece que puede funcionar. No es posible diseñar sin empatía. Así de simplista soy. El aislamiento es necesario, pero sólo de vez en cuando. Ahora, ¿quién me regala la avestruz esa?

Reflexiones

Un día para nosotros

Soy diseñadora gráfica, y parece que hoy es mi día. A diferencia de las secretarias, no creo que aparezca una canasta de regalo en mi escritorio, ni un sobre con un certificado para irme a un spa. Yo ni sabía de la existencia de este día hasta hace dos semanas. Tengo colegas con 20 años de experiencia en el campo que tampoco sabían.

Sucede que Icograda, una organización británica establecida un día como hoy en 1963, celebra su cumpleaños con este día del diseño gráfico y/o diseño de las comunicaciones (traduciendo literalmente communication design) para fomentar la práctica del diseño a nivel mundial. Me encantaría haber podido aprender de esto de otra manera que no haya sido por una búsqueda de Google.

Me pregunto si mis colegas sabrán de la existencia de este día. La empresa en la que trabajo tenía el día marcado en el intranet, pero no creo que alguien venga a felicitarme, me regalen chocolates, o una taquilla para ver a Silverio.

¿Qué debo hacer con esta información? ¿Hago un afiche y lo circulo por email? ¿Hago promoción tipo guerrilla y lo escribo en las calles? ¿Compro una bolsa de chocolates y se las reparto a mis colegas? ¿Llamo a mi padre para decirle que me felicite?

Fuera de broma, creo que al menos hay que reconocerlo y hacerlo visible de alguna manera, para que quizás el año que viene, mi padre también me envíe un mensaje de texto hoy, aparezcan chocolates en mi escritorio y se tenga consciencia de esta profesión como una seria, porque todavía es la hora en que muchos entes de poder ven el diseño como algo falto de metodología, estructura y seriedad. Es entonces que el hecho de tener este día es una gran ironía para mí, pero a la vez me da un poco de ánimo. Hoy quiero dejarle saber a todos que esta profesión es seria e íntegra, para que en unos años, este día sea tan conocido y dado como el de las secretarias, pero más que eso, lo que quisiera es que mi profesión se respetara tanto como cualquier otra. Estaré pendiente al mundo virtual, a ver si se ve movimiento en algún lado del mundo. Así qué, felicidades, colegas. Tómense una margarita en nombre de esta profesión que todavía tenemos problema definiendo y más problema aún haciéndole entender a otros.

Investigaciones corrientes Reflexiones

El diseño no es arte, es un servicio

Reflexionando sobre mi práctica profesional en los pasados años, he podido notar que el campo del diseño es uno al que se le atribuyen valores ajenos al mismo, como por ejemplo, la de que el diseño es arte, y de esa manera, aristocrizándolo. (Buisepe 2005) Sí, el arte y el diseño se han retroalimentado uno al otro por siglos, de esto no cabe duda. La invención de la imprenta, los movimientos de arte vanguardistas, la revolución industrial, el nacimiento de la fotografía, las guerras y la tecnología son sólo algunos de los factores que han afectado ambas disciplinas.

Estando en una mesa redonda sobre diseño gráfico recientemente, en la cual estuve entre otros diseñadores con 10, 20 y más años de experiencia, no se llegó a un consenso sobre lo que entendíamos que era diseño. Me pregunto por qué sucede, si tiene que ver con la circunstancia particular de mi país, o si es algo global.

Casualmente, encuentro que la falta de información sobre diferentes metodologías y principios claves de diseño todavía no están claras (Sangiorgi 2011) en países desarrollados. Gui Bonsiepe (2005) afirma que esta discrepancia “es un síntoma de inmadurez. Es que por otra parte, comparado por ejemplo con la ingeniería que tiene más de 200 años como profesión establecida y consolidada en la enseñanza universitaria, el diseño apenas suma dos generaciones, si consideramos que tanto el diseño gráfico como el diseño industrial nacen como profesiones propias recién después de la Segunda Guerra Mundial. Antes había precursores para el diseño, pioneros importantes sin lugar a duda.”

Traigo a colación esta cita porque me parece pertinente en varios aspectos. Ciertamente, la aseveración de que la falta de consenso sobre una definición del diseño gráfico se debe a la inmadurez del campo me hace total sentido. Si comparamos con el arte, por ejemplo, el mismo nos lleva siglos de ventaja y todavía a la gente se le hace difícil descifrar qué es arte.

Sin embargo, esto no justifica que hayan métodos y definiciones que muchos profesionales ignoran. Creo que hay muchas interrogantes y variables en la ecuación. Nociones de lo que es diseño que se centran en lo meramente estético, que el mismo diseñador no se tome en serio lo suficiente para reflexionar sobre su propia práctica, para investigar sobre su propio campo -más allá de los últimos 15 tools de Photoshop- y las instituciones que enseñan diseño, graduando estudiantes, lanzándolos al “mundo real” sin las destrezas necesarias para generar nuevo conocimiento, son varias de las razones por las que cojeamos.

En mi experiencia como estudiante y profesional, reflexiono sobre el haber tenido la oportunidad de estudiar en dos instituciones en las que los programas de diseño gráfico estaban basados en premisas diferentes. Yo hice mi Bachillerato en Bellas Artes con concentración en Imagen y Diseño en la Escuela de Artes Plásticas, en Puerto Rico, y tuve la oportunidad de participar en un programa de intercambio en el departamento de Diseño Gráfico en Rhode Island School of Design. Ambas experiencias fueron sumamente diferentes, y no creo que una haya sido mejor que otra. Por ejemplo, tener la oportunidad de haber estudiado las bases del arte (pintura, grabado, escultura) me dio mucha disciplina. Aprender sobre cultura visual leyendo a Michel Foucault, Theodor Adorno y Walter Benjamin fue sumamente provechoso para desarrollar un discurso fuerte sobre cada proyecto que gesté en esos años de formación. Conocer el trabajo de artistas tales como Francisco de Goya, José Campeche, Doris Salcedo, Santiago Serra, Sol LeWitt, Cildo Meireles, Piet Mondrian, Eva Hesse y Ana Mendieta en las clases de Historia del Arte me hizo entender cómo otros dijeron y expresaron ciertas preocupaciones comunes. Sin embargo, haber aprendido de sistemas visuales, aprendido a hacer personas y scenarios en mi clase de diseño web en vez de aprender a usar Dreamweaver, y querer quedarme un poco para aprender sobre Historia del Diseño, clase que aún no ofrecen en mi alma mater, me ayudaron a comprender que el arte y el diseño son ciertamente diferentes.

¿Cómo es posible educar diseñadores sin enseñarles que el diseño no es para ellos, sino para otros? Hay que desligarse. Con el arte, esto no es necesario; aunque se ha matado al autor, todavía puede estar escondido en una esquina y no convierte la obra en algo precario como el diseño de un logo, que debe ser azul pero te empeñaste en hacerlo rojo porque no te gusta el otro color. No se trata exclusivamente de gusto, hay que justificarlo, y ahora más que nunca, si el usuario que va a ver este logo no responde al rojo, no diseñaste nada. El ego y la soberbia no ayudan al diseño.

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Proyectos en proceso

Como la naturaleza de mi práctica se basa en crear, hay veces que algunos proyectos se quedan en fases previas al producto final, a la “cosa”, a la exposición de las aplicaciones trabajadas. He estado pensando mucho sobre varios proyectos sin terminar porque me parece que tienen posibilidades de transformarse en estudios válidos sobre los temas que me interesan.

Hace mucho tiempo que no he completado un proyecto personal en cuanto a la práctica. El último proyecto que desarrollé en ciertas fases fue Pretzel Alphabet. Todavía no considero que esté completado. Le faltan varias fases.

Recuerdo que para la primera presentación de Seminario, en el Bahillerato, presenté alrededor de diez ideas de posibles proyectos. Siempre he pensado que no estaría de más volver a ellas y ejecutarlas. En la maestría me pasó igual.

A veces el proceso de estos proyectos que se quedan “sin terminar” son más relevantes que completar el mismo… Creo que es una ventaja y un alivio encontrar foros en donde se aprecia el proceso tanto como se aprecia el producto final, o incluso más.

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Diseño y diseño

Llevo varios días sumergida en mi “feed” favorito, Twitter, el cual a veces me hace procrastinar, pero la mayoría del tiempo me lleva a referencias muy pertinentes para las investigaciones que estoy empezando a llevar a cabo.

Digamos que este espacio tuvo un periodo de hibernación que debe terminar en este preciso instante. Toda la drama contenida en la última oración es totalmente necesaria, al menos para mí. Es ahora que puedo volver a invadir esta cartuchera y pasarle un pañito a los cartuchos, que cogieron un poco de polvo.

Una de las investigaciones corrientes-lo que en esta etapa son pensamientos que no se me salen de la cabeza, como un novio pero sin la complicación- es sobre el diseño en Puerto Rico, en los muchos niveles en los cuales no está documentado, en cómo no existe una o varias comunidades especializadas en cubrir especialidades dentro del diseño en el país y fomentar que las mismas existan, se enseñen, se valoren, se premien a sus profesionales. Porque de que hay profesionales del diseño en Puerto Rico, los hay, y muchos.

Tengo muchas preguntas en mi cabeza, pero supongo que la primera que me puedo hacer-esa es como la tía jodona que me grita porque sí- es: ¿Por qué en un país con una cantidad vasta de diseñadores talentosos y capaces, no existen espacios que promuevan que estos mismos diseñadores puedan tener una comunidad en la cual intercambiar conocimiento, enseñar a generaciones más jóvenes (esto en sí es otro tema), fomentar oportunidades de trabajo colaborativo en proyectos, premios y ceremonias para reconocer el trabajo del diseñador como se reconoce el trabajo del publicista en los Cúspide, por dar un ejemplo concreto de una de las muchas cosas que no están pasando en el mundo del diseño puertorriqueño. Básicamente el problema es que no existe ese mundo. Estamos todos en nuestras burbujas, algunos tienen sus pequeños nichos, pero no hay una matriz a la que todos pertenezcamos o al menos reconozcamos como entidad del diseño puertorriqueño.

Entonces, viendo que lo último que tuvo algún tipo de concordancia con una entidad en la que se promulgaba el diseño puertorriqueño, el Concilio de Diseño, es cerrado por el gobernador a cargo, Pedro Rosselló, en los noventa, me pregunto: ¿Qué se necesita para construir un circuito relevante de diseño en este momento histórico?

Volviendo a Twitter, estuve pendiente a un evento de dos días que se dio en San Francisco, llamado TYPO. Fue una serie de conferencias por diseñadores, liderada por el reconocido tipógrafo Erik Spiekermann, quien de hecho, está muy activo en Twitter. He descubierto en estos días, con este tipo de eventos, el uso tan maravilloso que se le da a esta herramienta para conectar diseñadores estadounidenses o radicados allí, e inclusive, otros diseñadores en otras partes del mundo en las que se dan estos circuitos, tales como Berlín, en donde también va a haber un TYPO para este próximo mayo.

El tema del TYPO San Francisco era conectar. Un grupo de conferenciantes estadounidenses y europeos se dieron cita en la vibrante ciudad para hablarle a diseñadores, por diseñadores. He ahí un magnífico comienzo de una comunidad en la que se intercambian ideas, se establecen relaciones, conexiones que pueden dar lugar a magníficos proyectos. Este lugar se convierte en un espacio de circuitos específicos a diseño.

Otro ejemplo de circuitos definidos en cuanto a diseño son las IV Jornadas Latinoamericanas, en Argentina. Estoy muy contenta y orgullosa de que mis amigos y colegas de Rubberbandpr, LLC sometieron una ponencia y fue aceptada.

Si en Puerto Rico existen esos lugares, y se están dando este tipo de actividades, yo no me entero. No hay un espacio común en el que puedas enterarte de lo que está sucediendo (si es que algo está sucediendo) en el no existente circuito del diseño del país.

¿Cómo crear este circuito? ¿Qué recursos se necesitarían para que fuese sustentable? ¿Cómo pueden beneficiarse las instituciones que enseñan diseño en el país (de esto también tengo muchas preguntas) de este circuito? ¿Será posible encontrar en este circuito un espacio de reflexión que nos lleve a identificar características y métodos de nuestra manera de diseñar que sean únicos y exclusivos a nuestra realidad?

Muchas preguntas sin contestar, pero al fin concretadas, escritas en algún soporte, fuera de mi cabeza.