Han pasado tres meses desde la publicación de mi último post, y se puede decir que están justificados por estar en el último trimestre de embarazo de un proyecto muy grande para mí, la división de la agencia en la que trabajo, mis compañeros de trabajo, el cliente, y los suplidores que han trabajado con nosotros. Hemos rediseñado el website de Lexus Puerto Rico.
Más que hablar del proyecto de manera puntual, me gustaría compartir sobre las lecciones que he aprendido, las cuales no tienen precio. También reconozco que algunas de estas son indispensables para continuar desarrollando este tipo de proyectos en el futuro. Yo no sé ustedes, pero la mayoría de esto a mí no me lo enseñaron en la escuela/universidad… Y mira que soy nerda, porque estuve 21 años estudiando sin parar. No lo tomen a mal, yo amo la academia, pero la práctica es muy necesaria para validar todo el conocimiento teórico que uno es capaz de digerir. Cuando el error público se convierte en tu maestro más tenaz, hay que reconocer cuánto has aprendido de la misma manera; exponiéndote. Una vez escuché a una compañera de la universidad decir que “cuando te expones, te expones”, y es algo que se ha convertido en uno de mis mantras.
En honor al error público, aquí va la lista de lecciones aprendidas:
- El plan nunca se cumple. Una de mis responsabilidades principales para con este proyecto era la de asignar tiempos y fechas límite para la producción (contenido, diseño, programación). Lo que aprendí sobre estos tiempos y fechas límite es que son un interminable juego de barajas en el que nadie y todos ganan a la vez. Pretendemos controlar el tiempo de todas las cosas cuando sabemos de entrada que es imposible. Sin embargo, reconozco que hay que hacerlo. Hay que aferrarse a algo, y muchas veces esos tiempos eran lo único que nos podía sostener.
- La perfección no existe. En el proceso de dar feedback, hay veces que la solución final no es la más que me gustaba, pero es ahí cuando me cuestionaba si un pedido adicional de mi parte era micro-management o realmente afectaba la sección. En muchas ocasiones me di cuenta de que si el elemento era útil y usable, estaba bien y había que dejarlo ir para emplear mi tiempo y el de mis compañeros más efectivamente en otras cosas.
- Lo urgente vs. lo importante. Lo urgente siempre se va a imponer ante lo importante hasta que nos cansemos de permitirlo. Pero me pregunto, ¿algún día podremos decirle “no” a lo urgente? No lo he visto suceder. Siempre me he dicho de lo bueno que sería no tener que apagar fuegos el 70% del tiempo, porque la mitad de las veces las emergencias en el embudo se pueden evitar. Pero es esa otra mitad de la cual no estoy muy segura. Después de todo, hay cosas que simplemente se dan, como los tornados, el que se pierda un niño, o se muera súbitamente alguien.
- ¿La máquina va a poder realmente sustituir al hombre? La tecnología no ayuda a que las cosas tomen menos tiempo, a veces sucede lo contrario. En lo que me tardo en entrar al programa sofisticado que cambian cada 2 semanas, para entonces buscar dónde es que pusieron la herramienta que necesito, y hacer la tarea, soy más efectiva y clara dibujando en una pizarra, o hablándolo.
- A veces es mejor hacer solo una cosa a la vez. Multitasking… ¿Qué es eso? Ah sí, el complejo del pulpo, en el que quiero hacer diez cosas a la vez, y al final no hago ninguna bien. A veces funciona, a veces no. Este proyecto me ayudó a identificar cuáles eran las cosas que podía intercalar en mis tareas diarias, y cuáles eran las cosas para las que me tenía que encerrar en un cuarto, o levantarme a las 5am para hacerlas.
- La pantalla nunca va a sustituir al papel. Sea para tachar una lista de cosas que hacer o evaluar un inventario, hay veces que lo tangible se vuelve necesario, y por más grande que sea mi monitor, tenía que imprimir algunas cosas para estar segura. Tampoco es que estoy en boga por matar los pocos árboles que quedan en el planeta, pero no veo real el que el papel vaya a desaparecer en un futuro cercano, ni lejano, al menos en mi proceso.
El bottomline es que parir es difícil, no importa lo que sea que estés sacando. ¿Cuándo viene el próximo?